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Cómo saber si un jamón está malo

El jamón es un alimento muy consumido en todo el mundo. Sus propiedades y sabor le dan una característica única, por lo que atrae a muchos paladares. Pero en ciertas ocasiones este alimento puede descomponerse. Las causas son muy variadas.

Entre las más comunes, se encuentran, mal almacenamiento, curación o envasado. En este post te mostramos cómo saber si un jamón está malo, para que puedas consumirlo con total tranquilidad y seguridad. Veamos entonces, cómo puedes detectar el proceso de deterioro de este alimento tan sabroso y nutritivo.

Lonjas de jamón sano

Cómo saber si un jamón serano está malo

El jamón curado, en especial el jamón serrano, es uno de los alimentos más consumidos y esenciales dentro de la gastronomía. Muchas personas se deleitan con su sabor tan especial.

Para que su gusto sea una perfecta delicia, debe pasar por un proceso de maduración y supervisión, para luego ser empacado para su consumo. Este proceso se hace con expertos dedicados a garantizar que las piezas han sido saladas y secadas en el tiempo necesario.

  • Para verificar que la curación del jamón se está llevando a cabo de la manera correcta, se realiza un proceso llamado calado.

  • Punciones rápidas para comprobar el olor que desprenden las piezas.

  • Si este no es agradable, significa que algo durante el proceso ha salido mal.

Por otro lado, puede ocurrir contaminación durante su almacenamiento. Por ejemplo al abrir el pack, se consume una porción y se deja el resto en la nevera. Este puede dañarse y al querer comerlo, no sabemos si se encuentra en buen estado o no.

Jamón serrano en mal estado: signos

Existen varias formas de reconocer que un jamón serrano se encuentra en mal estado:

  • Olor fétido o desagradable, similar al azufre o al amoniaco. Este mal olor se debe a las diferentes enzimas, grasas y proteínas que se encuentran en proceso de transformación a causa de las bacterias, moho y levaduras.

  • Si al tacto sientes una sustancia adhesiva transparente, pegajosa o viscosa. Es importante que sepas diferenciar esta película llamada limo y el brillo normal y natural que tiene el jamón.

  • Decoloración en algunas áreas. Son colores extraños que pueden ser blancos, grises, verde y negro.

  • Resequedad en exceso.

  • Puntos blancos que no vio al abrir el pack o aparecieron después de varios días. Puede tratarse del ácaro del jamón.

Cómo saber si un jamón York está malo

Este tipo de jamón cocido, se obtiene de la carne de cerdo. Para su producción se utilizan los miembros posteriores del animal y se someten a cocción en agua salada.

En algunas ocasiones, este alimento puede dañarse debido a fallas durante su refrigeración, por no haberlo cerrado bien, o por pasar mucho tiempo en la nevera y no estar envasado al vacío.

Se puede distinguir si está malo, por su olor, consistencia, sabor ácido y color. En este caso, lo mejor es no consumirlo, ya que puede causar enfermedades gastrointestinales graves a causa de bacterias o microbios patógenos.

jamón York está malo

Cómo saber si una pata de jamón está mala

El proceso de curación de una pata de jamón o una paletilla, es muy delicado. Para que quede bien curado se debe vigilar muy bien el proceso.

Si algo sale mal durante su tratamiento, aparecen problemas, que pueden causar su deterioro con más rapidez.

Esas variaciones que puede presentar la pata de jamón, alertan al consumidor, ya que puede observar elementos extraños, que le advierten que la carne se está descomponiendo.

Existen muchas maneras de conservarlo

Mantenerlo fuera de fuentes de calor, en espacio oscuro y fresco, evitar cortar la grasa de los costados o cubrirlo con un paño húmedo.

Estos cuidados pueden evitar que se descomponga. Pero si notas que le salen puntos blancos a la pata, que presenta un olor fuerte y si al cortarlo la textura de las lonchas es seca, debes desecharlo. Ya que no se encuentra apto para su consumo.

¿Qué riesgos tiene comer jamón en mal estado?

Como todo alimento en mal estado, el jamón dañado también puede afectar la salud de quien lo consume y provocar una intoxicación alimentaria. Debido a toxinas como las bacterias, parásitos o virus.

En el proceso de curación de un jamón o durante su conservación, cualquiera de estas toxinas pueden contaminarlo. Esto puede provocar enfermedades gastrointestinales, náuseas, vómitos, diarrea líquida, dolor o calambres abdominales y fiebre.

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