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¿Cómo ser constante en tus objetivos?


Todo el mundo sabe que la constancia es la verdadera clave para alcanzar el éxito. No importa si tu proyecto es grande o sencillo, siempre será necesario mantener un ritmo en el esfuerzo que hagas para el logro de los objetivos que te has planteado.

Para algunas personas, la constancia es algo que les resulta natural. La aplican fácilmente en cada aspecto de sus vidas, logrando alcanzar sus metas con mucha frecuencia.

Por otro lado, algunos necesitan ejercitar la constancia para poder adquirirla como un hábito que les ayude a tener éxito en sus planes. Pensando en ello, hemos decidido compartir unos útiles consejos que puedan serte de utilidad, en caso de que seas uno de estos.

Crecer empresarialmente

¿La procrastinación y la constancia?

La procrastinación podemos entenderla como una manera de posponer las acciones, basándonos en excusas, conscientes o no, pero que de alguna forma funcionan a manera de justificación en el momento. Las más comunes suelen ser miedo al fracaso, búsqueda de perfección (si no es perfecto, no lo haré) o la acción no nace de nuestro deseo, sino puramente de una obligación.

Es la primera enemiga de la constancia. Precisamente genera excusas para postergar, y, por consiguiente, incumplir con los objetivos en el plazo previsto.

Consejos para ser constante en tus objetivos

Ahora que sabes de qué se trata y cuál es su mayor enemigo, es momento de conocer las “reglas” para ser constante. En realidad, estos son algunos consejos que, de llevarlos correctamente, te ayudarán a adquirir este hábito, como parte de tu conducta habitual.

Tener fuerza de Voluntad

Es quizás el paso más complicado. Se trata de adquirir la conciencia del esfuerzo continuo y poner un alto a la procrastinación. Dejar de lado las justificaciones y excusas y ejecutar las acciones en el tiempo estipulado para ello.

Muchas veces esto va a requerir un esfuerzo de nuestra parte. Es fundamental que esa fuerza de voluntad no nos falle. Algo que puedes aplicar para ayudarte, es mantener el estímulo, recordándote cuál es tu meta.

Representación de fuerza de voluntad

Pon metas claras

Al momento de elegir tus metas, sé específico y claro, y además realista. Especialmente en cuánto a los tiempos en los que quieres lograr cada objetivo. Esto te ayudará a evitar tanto las confusiones como la frustración.

Lo mejor es comenzar por establecer metas pequeñas, a corto plazo, que sean un camino que eventualmente lleve a un objetivo mayor. Así, disfrutarás con cada logro y mantendrás el incentivo.

Avanza diariamente

Hablando de metas pequeñas, cuando las mismas se pueden medir a diario, mucho mejor. Sentirás que avanzas de manera constante, precisamente. Verás cómo cada vez estás más cerca de lograr el objetivo mayor. Esto además de mantenerte estimulado, te enseña de forma práctica el funcionamiento de la constancia.

Crea rutinas concretas

Hablamos de establecer objetivos específicos. Pues lo mismo sucede con las rutinas creadas para alcanzarlos. Las tareas deben estar establecidas de manera concreta, reflejando las horas, lugar, tiempo de duración, y todos los detalles necesarios para que puedan ejecutarse exitosamente.

Una rutina te ayuda a cumplir con las tareas y evitar la procrastinación, ya que tienes un espacio de tiempo dedicado al cumplimiento de las mismas. Cerrando la posibilidad de que otro evento coincida y cree una posible excusa. En pocas palabras el orden es uno de tus mejores aliados.

Sé disciplinado

Tal como lo mencionamos anteriormente, el orden y la disciplina serán tus aliados para alcanzar un hábito constante que te ayude a lograr tus objetivos. Si estableces una hora específica para una tarea, y el espacio para la misma está preparado, entonces, nada puede impedirte llevarla a cabo.

Manejo del tiempo para ser exitoso

Otros consejos para ser constante en tus objetivos

Como seguramente habrás notado, la mayoría de estas reglas, si no todas, van de la mano de forma lineal. Es decir que, si las vas dominando por orden, sin darte cuenta estarás siendo una persona constante, mientras adquieres el hábito de la constancia.

Para cerrar, solo nos queda regalarte dos consejos más. En primer lugar, nunca te rindas. Si por alguna razón tienes un fallo en tu plan, no tires todo por la borda, al contrario, inicia de nuevo hasta lograrlo.

Y finalmente, siempre recuerda que, según afirman muchos psicólogos y especialistas, solo necesitas mantener una conducta por 21 días para que se transforme en un hábito. Así que elabora un plan con una rutina de 3 semanas y mantenla firme. ¡Eso es ser constante!

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