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¿Cómo ser resiliente?

La resiliencia es conocida como la fortaleza o capacidad para salir adelante después de sucesos difíciles, este es un estilo de superación que hace que la persona consiga la tranquilidad que tuvo en un pasado. Es una repuesta presentada ante un momento de crisis.

Si quieres saber aplicar esta característica en tu vida, aquí tienes algunos consejos y demás para cómo ser resiliente.

Ser una persona resiliente

¿Qué es la resiliencia?

Si bien, estudios profesionales definen la resiliencia como “la capacidad de adaptación para superar adversidades”, se debe saber que son las experiencias negativas, traumas y miedos, los que permite desarrollar nuevas habilidades que quizás no conocías.

Una persona resiliente considera las circunstancias difíciles como desafíos que lo llevarán a alcanzar el éxito. Se refiere a un término que no muchos dominan, pero que cada día su estudio otorga nuevos argumentos que permiten a las personas valerse de esta virtud para emprender en cualquier meta o propósito que se plantee.

Un factor principal que debes saber es primero trabajar en la autoestima, pues de esta depende tu desempeño en situaciones y escenarios difíciles. De esta manera tendrás la fortaleza suficiente para superarlos.

Si se ve desde otro punto de vista, la resiliencia es un acto de supervivencia. Cuando las personas pasan por situaciones traumáticas, tienen dos opciones: quedarse derrotados o superar el dolor, aceptarlo y entender que no es posible que todo salga a la perfección. Después de eso, convivir con la experiencia puede desarrollar características positivas que ayuden en la vida diaria.

Ser resiliente no es algo que se pueda aprender a la ligera, se requiere mucha inteligencia emocional para hacer conciencia de esos traumas que pueden servir de impulso para crecer como personas.

El hecho de ser resiliente hasta hace poco consistía en una reacción involuntaria ante las dificultades que se nos presentan.

Características de una persona resiliente

Ser una persona resiliente implica muchos factores que puedan intervenir en una situación de crisis. Por eso, como punto de partida, aquí tienes algunas características que identifican a una persona con esta cualidad.

  • Son realistas pero positivos: Una combinación extraña teniendo en cuenta que la mayoría de las veces las personas realistas son pesimistas. En cambio, una persona resiliente tiene los pies sobre la tierra, conoce todos los riesgos y, sin embargo, cree en las posibilidades de salir adelante.

  • Tienen buen sentido del humor: Muchas personas cuando han vivido infinidad de dificultades, utilizan el humor como escudo para ocultar sus heridas. Sin embargo, la persona resiliente utiliza esta estrategia como una manera de recordarse que la vida continúa y siempre se puede encontrar el lado positivo.

  • Ve la dificultad como un nuevo reto: Esta es una de las características fundamentales. El ser resiliente te lleva a ver cada dificultad como un reto a superar y del cual obtendrás nuevas habilidades y aprendizajes.

  • Utiliza la empatía: Tiene un don especial de ponerse en el lugar del otro; principalmente porque ya ha experimentado suficientes dificultades como para comprender la postura de la otra persona, incluso si es contraria a la suya.

  • La paciencia es su mayor virtud: Valora su presente y avanza firmemente hacia el futuro.

  • Conoce cada una de sus fortalezas: Son capaces de reconocer sus habilidades y sus debilidades. Conocer hasta donde llegan tus capacidades te lleva a seguir aprendiendo y creciendo constantemente.

  • No les teme a los cambios: Siempre está dispuesto a asumir nuevos retos con la mejor actitud.

  • Emocionalmente estables: Aunque nadie puede lograr un 100% de estabilidad emocional, una persona resiliente puede controlar sus emociones e identificar los puntos débiles de su temperamento.

  • Sabe cuándo buscar ayuda: Son propensos a tener muchos amigos; por esto, siempre encuentran apoyo en los momentos difíciles.

  • Son creativos: Tienen la habilidad de resolver las situaciones más complejas con los métodos más sencillos; tienen el don de darle la vuelta a una situación de crisis.

Pasos claves para lograr ser una persona resiliente

Lo primero que debemos aclarar es que, la resiliencia forma parte del temperamento de un individuo; es algo que no se ha confirmado que provenga de factores genéticos. Se sabe que es una característica desarrollada en la personalidad de un individuo de manera inconsciente.

Educación desde la infancia.

Muchas de las conductas de una persona resiliente vienen de la más temprana infancia, desde el momento en el que se empieza a forjar el carácter y autoestima; así que la crianza que elijan los padres será una buena base para el desarrollo de esta habilidad.

Los padres deben enseñar a sus hijos maneras básicas y eficientes de enfrentar las dificultades, para que puedan crecer sin heridas profundas.

Muchas veces los adultos tratan de disfrazar la realidad a los niños, ocultando lo difícil que la vida puede ser y cuando tienen la edad suficiente, a la primera dificultad todo su mundo se desmorona y de allí nacen la mayoría de las frustraciones y traumas.

En el otro lado la balanza, están los padres que tratan de que sus hijos confronten la cruda realidad de maneras demasiado bruscas. Tal es el caso de los hogares agresivos donde los gritos, golpes y humillaciones están a la orden del día. Esta situación es contraproducente porque termina generando personas que muchas veces son incapaces de salir de los problemas que generan sus traumas.

Lo mejor que pueden hacer los padres es brindarles a sus hijos afecto, comprensión, aceptación, sinceridad y correcta corrección de sus errores para que así puedan desarrollar su autoestima de la mejor manera.

Fíjate una meta:

Si no tienes una meta clara, nunca podrás asumir los retos necesarios ni aprender del camino que elegiste. Si no hay una meta, caminarás a la deriva y cualquier fracaso será causante de frustración porque luego de eso no sabrás hacia donde caminar.

Cuando se tiene un objetivo claro, puedes trazar estrategias en torno a las posibilidades que tienes de alcanzarlo, y sabrás que valdrá la pena cada una de las dificultades si te aportan fortaleza para llegar con paso firme y disfrutar del camino y del triunfo.

Acéptate y acepta tu realidad.

Una persona resiliente no vive en una burbuja ni en un mundo de fantasía, por el contrario, tiene los pies sobre la tierra, conoce su realidad y su entorno, las acepta y las usa a su favor, por lo que normalmente se les considera personas realistas.

Debes vivir al máximo tu presente, aprovecha cada oportunidad para no abandonar el camino hacia tus metas. Es importante conocer tus debilidades y saber en qué momento proyectar al máximo tus fortalezas.

Acepta tus errores; reconocer que te equivocaste es el primer paso para crecer con este nuevo conocimiento adquirido. No está mal errar, no está mal ser imperfecto, pero sí está mal quedarse ahí y aferrarte a las cosas negativas.

Deja de pensar y empieza a hacer.

Está bien tener sueños, idealizar lo que podría ser tu futuro, pero llega un punto en el que sólo necesitas accionar, dar el primer paso, ponerte manos a la obra, sin miedo al fracaso y sin limitaciones.

Si no empiezas a ejecutar tus proyectos, nunca verás verdaderos resultados. No hay un atajo, no hay una manera mágica de hacer que tus sueños se cumplan de la noche a la mañana. Una persona resiliente no teme a las dificultades que se le puedan presentar en el camino, por el contrario, siempre está atento a dar el primer paso.

Ten confianza.

El optimismo siempre será la clave; no te permitas pensamientos que destruyan tu autoestima, siempre ten confianza plena en tus habilidades y piensa en el mundo de oportunidades que puedas encontrar si lo sigues intentando. La desconfianza en ti mismo será el principal detonante de todas tus limitaciones.

Convierte los problemas en oportunidades.

Una persona resiliente sabe que de las dificultades siempre pueden surgir oportunidades, teniendo en cuenta las nuevas anécdotas que aportan enseñanzas y fortalezas a su crecimiento. Una persona resiliente no se deja derrumbar ante la primera dificultad, todo lo contario, le saca el máximo provecho.

Ejemplos de resiliencia

Hay muchísimos ejemplos de personas resilientes que han salido adelante a pesar de las adversidades. Aquí tienes dos casos particulares que puedes corroborar en la historia; se trata de dos personalidades que le han enseñado mucho a la humanidad:

Nelson Mandela

Quién iba a creer que, en medio de una sociedad tan racista, y después de pasar 27 años en una cárcel en circunstancias inhumanas por desempeñar un rol de lucha social por la igualdad de condiciones, Nelson Mandela se convertiría en el primer presidente negro en gobernar Sudáfrica y librarla de todas las dificultades por las que pasaba en ese entonces aquel país.

Además de esto, no actuó con rencor, ganó las elecciones libres con un proyecto de reconciliación racial, a pesar de lo que había sufrido. Esto nos da a entender que la resiliencia de Mandela, no le permitió ver a través de su sufrimiento, sino a través de las posibilidades que tenía para representar un verdadero cambio.

Stephen Hawking

Un personaje que no se detuvo ni siquiera por la Esclerosis Laterial Amiotrófica que poco a poco fue paralizando su cuerpo y los desalentadores pronósticos médicos que afirmaban que no viviría mucho tiempo.

Hawking es uno de los mayores ejemplos de resiliencia de la historia. Aunque estaba confinado a una silla de ruedas y tenía que hablar a través de una computadora, fue una de las mentes más brillantes de la ciencia moderna, siendo uno de los estudiosos más famosos y convirtiéndose en el científico más célebre, importante y reconocido en el mundo entero.

Si querías saber cómo ser resiliente, estos ejemplos dejan el término muy bien definido, espero que te hayan inspirado igual que a cientos de personas en todo el mundo. Ser resiliente será la mejor manera de adaptar tu vida.

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